Oficialmente, Xavier Vanneste dirige la cervecería De Halve Maan en Brujas (Bélgica), en sexta generación, pero con interrupciones. De hecho, hubo tiempos en los cuales las cosas no marchaban bien para la empresa familiar: su abuelo vendió la marca estrella Straffe Hendrik (en castellano “Hendrik fuerte”, un homenaje a todos los Hendriks y Henris valientes de la familia) a una cervecería en 1988, y su madre incluso tuvo que cerrar completamente la empresa en 2002. Pero Xavier Vanneste quería volver a ser un cervecero, como las cinco generaciones de su familia que lo precedieron desde 1856. El edificio histórico y los antiguos equipos todavía existían. “Al principio, mi familia no estaba muy entusiasmada con mis planes de reactivar la cervecería porque sabían lo difícil que es el negocio”, afirma. “Pero tampoco fue malo tener estas voces críticas en mi entorno que acompañaban mi plan de negocio. Y, por supuesto, mi familia también conoce la industria y eso siempre es bueno”.