De hecho, su misión la cumple con maestría. Dicha misión consiste en detectar si las botellas están sucias, astilladas o agrietadas, o si queda algún resto de líquido o de sosa cáustica dentro de ellas. Equipada con una red neuronal artificial, la máquina detecta con precisión la suciedad y los posibles desperfectos en el material, dejando pasar únicamente las botellas que se encuentren en perfectas condiciones. Esto aumenta la calidad y reduce el consumo de recursos.
Sherlock Holmes es muy inteligente por naturaleza. La Linatronic AI, en cambio, fue entrenada específicamente para actuar de forma inteligente. En ello desempeñaron un papel decisivo dos socios clave: Krones y la cervecería Bitburger. Pero lo primero es lo primero. Hagamos una investigación a fondo.