La cervecería Bischofshof de Ratisbona cuenta con más de 370 años de antigüedad. El obispo Wilhelm Graf von Wartenberg fundó esta cervecería en 1649, ubicada entonces en las inmediaciones de la catedral de San Pedro de Ratisbona.
A principios del siglo XX, la cervecería tuvo que abandonar el centro de Ratisbona por falta de espacio y por el riesgo de incendio que representaba estando tan cerca de la catedral para trasladarse a su actual ubicación en el barrio de Margaretenau. Además de las cervezas Bischofshof, en el nuevo centro se envasan desde 1973 las cervezas del monasterio de Weltenburg, la cervecería más antigua del mundo.
“La cervecería Bischofshof no solo ha experimentado un cambio constante en los últimos siglos, sino que ha sido testigo fehaciente de los cambios vividos en la sociedad y que se han visto reflejados en la elaboración de las cervezas. Esta apertura al cambio siempre ha admitido innovaciones, pero también se ha preservado la tradición. Y eso es precisamente lo que garantiza el futuro de las empresas”, dice Susanne Horn, directora general de la cervecería, describiendo el camino recorrido por la Bischofshof hasta llegar al siglo XXI. “También hay que decir que fabricamos uno de los mejores productos que existen: la cerveza”.