Dr. Ralph Schneid dirige el desarrollo de productos en Steinecker y está profundamente involucrado en este proyecto de desarrollo. A continuación, nos explicará el proyecto de desarrollo Phoenix BMC, el cual tuvo algunos obstáculos y tropiezos, y nos mostrará por qué estos cambios de ruta fueron tal vez cosas del destino. Porque en lugar de producir “solo” cerveza neutra de CO2 y autosuficiente en materia de energía gracias a Phoenix BMC, las cervecerías se benefician también de un efecto secundario práctico, y que también resulta ser una fuente lucrativa de ingresos:
Brewnomic fue lanzado en 2017. Aproximadamente cuatro años y medio después, Steinecker finaliza el concepto de una cervecería con neutralidad de CO2 y energéticamente autosuficiente. Uno de los últimos módulos es Phoenix BMC – el suprarreciclaje de materiales y el aprovechamiento energético de los residuos de la elaboración de cerveza.
De hecho, ya teníamos un concepto Brewnomic finalizado desde la última feria drinktec. Su objetivo general se explica con pocas palabras: operar la cervecería con autonomía energética y neutralidad de CO2. Para lograrlo, utilizamos sinergias entre equipos y plantas. Reducimos las necesidades energéticas y de fluidos con tecnologías innovadoras en la sala de cocción, en la parte de procesos fríos, en la línea de embotellado, así como en los sistemas periféricos de suministro y aprovechamos todos los residuos del proceso de producción de cerveza para ganar energía.
Phoenix BMC y su importancia
Así cómo el ave Fénix se levanta de las cenizas, Steinecker da nueva vida a los materiales residuales. Y una vez extraídos estos valiosos componentes del bagazo, de la levadura y del polvo de malta, la biomasa restante puede ser convertida más fácilmente en una planta de biogás. De ahí proviene también la abreviatura BMC que acompaña el nombre del proyecto Phoenix, y que en inglés significa “Biomass Conversion” (BMC).
Parte del concepto en aquel entonces era la integración de una planta de biogás. Pero resultó que dicha planta tenía un inconveniente no insignificante para la puesta en práctica. Aunque teóricamente hubiese sido posible procesar los materiales residuales y utilizar el biogás obtenido en una planta de cogeneración, en la práctica dicha planta hubiese sido enorme y extremamente cara, y por lo tanto, poco rentable para una cervecería. El tamaño necesario de la planta no se debe – como se podría pensar – a las grandes cantidades de materiales residuales y a su escasa reciclabilidad, sino sobre todo a su contenido de inhibidores. Porque estos impiden la actividad de las bacterias que producen metano; y una vez que las bacterias se debilitan, también disminuye fuertemente la eficacia de la planta de biogás. Para alcanzar el rendimiento deseado de la planta con una actividad bacteriana lenta, había que dimensionar consecuentemente una planta grande.
Para garantizar aun así un suministro sostenible de energía dentro del concepto Brewnomic, nuestra alternativa a la planta de biogás fue entonces: la cervecería opera la planta de cogeneración con gas del municipio, ya que así se logran los mismos beneficios energéticos y la huella de CO2 se reduce en alrededor de un 60 por ciento.
¿Quo vadis, cervecería? La respuesta: hacia una autonomía energética del 100%
Electricidad verde, por supuesto – pero, por favor, ¡producida por la cervecería misma!
Pero cuando llegaron las primeras solicitudes de compra para Brewnomic, nos dimos cuenta de que la mayoría de los interesados no “solo” quieren obtener electricidad verde de la empresa municipal, sino que en realidad quieren generarla ellos mismos. La electricidad verde es valiosa y debería ser usada por aquellas industrias que no están en condiciones de producirla por sus propios medios. En cambio, las cervecerías interesadas en Brewnomic procuran ser autosuficientes en materia de energía, tanto por razones de mercadeo como de costes.
Proteínas en el bagazo: sustancia inhibidora y valiosa al mismo tiempo
Pero no fue solamente el mercado mismo que nos llevó a replantear nuestro concepto inicial de la planta de biogás. Un plan de acción de la UE para la economía circular, adoptado en 2020, establece que la UE ya no deberá utilizar residuos que contienen nutrientes para la producción de energía.
Aunque el plan no fue aprobado oficialmente hasta 2020, ya estaba en el tintero desde hace mucho tiempo antes. Por lo tanto, nosotros sabíamos en un momento relativamente temprano de que nuestra idea inicial de utilizar los residuos exclusivamente en la planta de biogás probablemente no sería factible a largo plazo: porque el bagazo y la levadura son residuos ricos en proteínas y, por lo tanto, en nutrientes.
Así que debíamos desarrollar un Plan B si queríamos que Brewnomic, la idea de la cervecería energéticamente autosuficiente, tuviese un futuro. Y lo encontramos rápidamente. Afortunadamente, ya en 2018 habíamos establecido contacto con un dúo de diseñadores para la conversión de la biomasa. Prof. Waldemar Reule y Dr. Rainer Gottschalk ya habían desarrollado y patentado un proceso dividido en tres pasos: en primer lugar, se extraen los nutrientes de los residuos de la elaboración de cerveza y, a continuación, se separan los inhibidores. En la planta de biogás, solamente los residuos restantes se convierten entonces realmente en energía.
Así se matan dos pájaros de un tiro: por un lado, la planta puede ser construida mucho más pequeña de lo que se pensaba originalmente, y con el mismo rendimiento. Por otro lado, así se cumplen ahora los requisitos del Plan de acción para la economía circular de la UE.