Inicialmente Skol fue muy cautelosa y dimensionó sus capacidades de fermentación y maduración con 100.000 hectolitros. Pero debido a que ya en el primer año el volumen de ventas alcanzó 80.000 hectolitros, la cervecería aumentó continuamente la capacidad de sus tanques. Hasta el 2017 el volumen de ventas había aumentado a 400.000 hectolitros por año y Skol había llegado al límite de sus capacidades. Porque la línea de envases de vidrio retornables instalada, la cual incluía también máquinas usadas de Krones, procesa apenas 24.000 botellas por hora. Para poder atender la demanda cada vez mayor, SBL debía invertir en una segunda línea. Para tal fin y dentro del marco del proyecto greenfield se construyó una nave nueva, en la cual fue instalada una línea completamente nueva de Krones.