Se trata de la "interconexión inteligente de máquinas y procesos industriales con ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación“.
El paso al entorno digital beneficia a las empresas en muchos aspectos. Los procesos de producción pueden diseñarse así de forma más eficiente y los recursos disponibles (equipos, material, mano de obra, etc.) pueden planificarse mejor para aprovecharse al máximo. La recopilación y evaluación de los datos procedentes de la producción en curso permiten diseñar los procesos con mayor flexibilidad y automatizarlos allí donde sea posible. Además, son menos susceptibles de sufrir averías o ni tan siquiera paradas. Es decir que la producción digital ayuda a detectar numerosos potenciales de optimización, y precisamente por eso es también uno de los grandes impulsores y factores influyentes de la producción del futuro.
Pero tampoco hay que mirar a largo plazo. Al igual que en muchos otros sectores, ya es posible encontrar numerosas soluciones digitales en la industria alimentaria y de bebidas a lo largo de toda la cadena de valor. El único requisito es tener la voluntad de adoptar y aplicar la transformación digital.