Al Centro Tecnológico de Reciclaje de la planta de Flensburgo nunca le ha faltado trabajo. Fue fundado hace unos 15 años, inicialmente como laboratorio interno de pruebas y desarrollo. Pero no duró mucho tiempo hasta que el mercado se percatara del centro tecnológico y de sus especialistas. Además de los proyectos propios, se comenzaron a realizar más y más pruebas por solicitud de los clientes, hasta agotar las capacidades y por lo tanto se hizo inevitable una ampliación.
Ya sea PET, película o poliestireno: el Recycling Technology Center remodelado lleva a cabo pruebas de materiales para clientes de todo el mundo.
Proveedor de servicios para clientes de todo el mundo
Los trabajos de modernización iniciados a principios de 2021 ya están casi terminados. Además de la mayor capacidad y la tecnología más avanzada, a la planta piloto se le ha dado también un nuevo nombre: como Recycling Technology Center, ahora puede posicionarse como proveedor de servicios en el mercado internacional.
En cooperación con las tres empresas asociadas Stadler, Tomra y MAS, sus expertos organizan pruebas de clasificación y lavado de fardos de residuos hasta gránulos reciclados. “De vez en cuando, los clientes quieren que el material reciclado sea convertido inmediatamente en preformas o botellas. En este caso, nuestros colegas del Centro Tecnológico de Plásticos de Neutraubling nos ayudan a cumplir también estos deseos”, afirma Timm Kirchhoff del Recycling Technology Center.
Toda la gama de plásticos para envases y embalajes
Las series de pruebas realizadas abarcan casi toda la gama de plásticos para envases y embalajes: además del PET, incluyen, en particular, películas de polipropileno, películas impresas de LDPE o materiales espumados como los poliestirenos EPS y XPS.
Si un cliente reserva una prueba, los especialistas de logística y la oficina de aduanas le ayudan en la organización del transporte del material. La puntualidad es necesaria aquí, porque en primer lugar el material del cliente se analiza previamente y, en segundo lugar, las pruebas están estrictamente cronometradas. En una reunión previa, el equipo de especialistas define los parámetros de inicio, el proceso y los objetivos y luego se comienza. “Algunos clientes quieren acompañar las pruebas personalmente, y con gusto lo hacemos posible”, dice Kirchhoff.
Por qué vale la pena reciclar
La disponibilidad es cada vez menor, los precios aumentan: desde finales de 2020, la situación en el mercado de los envases plásticos se agudiza cada vez más. Según la Asociación Industrial Alemana de Envases Plásticos (Industrievereinigung Kunststoffverpackungen IK), los precios del LLDPE y del LDPE aumentaron en un 80 por ciento en los primeros seis meses del 2021, mientras que los precios del PE, HDPE, PS y EPS aumentaron un 61 a un 75 por ciento. Tanto los legisladores como los compromisos voluntarios de las empresas estipulan para el futuro un aumento de las cuotas de contenido de material reciclado en los envases, por lo que la demanda de dichos materiales no se verá mermada.
Fuente: Informe de sostenibilidad IK 2021Análisis hasta el último detalle
Durante la prueba se toman y analizan varias muestras de productos, con menos frecuencia también muestras de líquidos de lavado o aguas residuales. Entre los criterios examinados figuran la densidad aparente o la distribución por tamaño de las partículas. Además, se determina la humedad residual de todos los productos secundarios, así como del material de entrada y de salida. Los pesos reunidos de los productos secundarios se juntan en un balance de flujo de masa. “En algunos casos y a petición del cliente, también utilizamos laboratorios externos para análisis adicionales”, afirma Kirchhoff.
Por último, el cliente recibe un informe completo, y se celebra una reunión de consulta en la que se analizan conjuntamente los datos determinados. También para Krones las pruebas son una fuente de información importante, por ejemplo, para optimizar máquinas o procesos parciales o para responder a las consultas de los proveedores.
El hecho de que el reciclaje esté tomando fuerza internacionalmente puede verse directamente en la ocupación del Recycling Technology Center. “Recibimos solicitudes de todo el mundo”, señala Kirchhoff. “Esperamos con interés los próximos ensayos y nuestros clientes parece ser que también: la demanda se mantiene alta”.
Y así funciona
El material es suministrado en fardos. Antes de iniciar con el proceso de reciclaje propiamente dicho, los fardos se abren y son reclasificados manualmente. Pasando por el separador de metales, el material es transportado sobre varias cintas transportadoras al módulo de trituración. “Debido a que trabajamos con calidades de material muy diferentes, optamos por un modo de funcionamiento húmedo, es decir, un molino de corte con circuito de agua de proceso”, afirma Timm Kirchhoff. El agua de proceso se elimina por un separador de fricción después de triturar el material.
A continuación, las partículas de plástico entran en el módulo de lavado MetaPure W a través de una tolva dosificadora. Allí, se procesan continuamente en cuatro pasos consecutivos: al prelavado le sigue primero un lavado intensivo, que puede ser llevado a cabo tanto caliente como frío, después un proceso de separación por diferencias de densidad y finalmente el postlavado caliente. En el proceso de secado de dos etapas, el material es liberado de la humedad residual para la inspección final. Antes de ser empacado en sacos grandes de tipo Big-Bag, el producto es limpiado de contaminaciones metálicas por un separador de metales.
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Analizamos el material deseado, desde el material en fardos hasta el envase: