Lo que entonces comenzara en Freising con las innovaciones de entonces ha vuelto a Steinecker: desde el año pasado, la última versión del sistema de control de procesos, Botec F1, vuelve a ser gestionada, asistida y desarrollada completamente por esta filial de Krones.
El equipo que desde entonces es responsable de Botec en Steinecker se ha fijado ambiciosos objetivos, y pretende hacer que el sistema de control de procesos esté preparado para el futuro, contribuyendo así activamente al desarrollo de esta moderna tecnología de automatización con la introducción de innovaciones. Por supuesto que el objetivo principal sigue siendo asistir a las empresas de la industria alimentaria y de bebidas para controlar sus procesos de producción por lotes de forma segura, fiable, reproducible y, por tanto, sostenible.
Tomando como base las exigencias de los clientes, las tendencias actuales y las consideraciones estratégicas, fue elaborada una hoja de ruta clara que contempla por igual a todas las partes implicadas en el ciclo de vida del producto. En los próximos años se perseguirá este objetivo de forma consecuente y progresiva para que Steinecker pueda cumplir tanto las expectativas recogidas en ella como las expectativas puestas en Botec.
Hoja de ruta del desarrollo de Botec: sin barreras, fácil de usar y transparente
Todos los proyectos Botec implementados hasta ahora en cervecerías, centrales lecheras y fabricantes de agua, refrescos y bebidas alcohólicas lo han dejado muy claro: el éxito de la implementación, la fiabilidad del funcionamiento y la gestión integral de la información en todos los niveles de control y procesamiento de datos solo puede lograrse con la interacción de muchos participantes. Para la instalación inicial de este sistema de control de procesos se necesitan ingenieros informáticos, personal operador, supervisores de los turnos y gestores de las plantas de producción, así como proveedores de sistemas superiores TI con el fin de lograr una integración vertical universal. Cada uno de estos grupos se enfrenta a retos diferentes, lo que le demanda exigencias específicas al sistema global. Steinecker se toma en serio todas y cada una de ellas y las ha traducido en los tres paradigmas esenciales del desarrollo: accesibilidad, usabilidad y transparencia.