Elegir el mejor proceso de calentamiento no suele ser una cosa fácil para los fabricantes de bebidas. Estos suelen optar por el método indirecto, ya que ofrece ventajas en términos de costes de inversión y de recuperación de energía. Sin embargo, las etapas de calentamiento, de conservación del calor y de enfriamiento de este método requieren relativamente mucho tiempo, y es precisamente este estrés térmico el que provoca tensiones en el producto, que a su vez pueden afectar al sabor.
Por lo tanto, la mejor alternativa para no perjudicar el producto es el calentamiento directo, especialmente para productos muy exigentes, como las alternativas a la leche de origen vegetal o las bebidas lácteas. Esto se debe a que el calentamiento y el enfriamiento se producen en solo unos segundos. ¿No perjudica el producto? No, no lo perjudica, pero hay que reconocer que no es precisamente eficiente desde el punto de vista energético. Esto se debe a que elevar la temperatura del producto de 80 a 140 grados Celsius en unos pocos segundos requiere una cantidad considerable de energía. Krones está abordando este punto crítico del proceso con éxito.