Cuando Birgit Hahn resume su nueva área de responsabilidad en una sola frase, dice: “Envío expertos y expertas de montaje a lo largo y ancho del mundo”. Ella misma fue uno de ellos durante muchos años. En Krones comenzó en 2002 como estudiante en prácticas y como becaria. No tardó en darse cuenta de que quería ver mundo. Así que, tras obtener su licenciatura, aceptó un trabajo como ingeniera de asistencia técnica para poder emprender grandes viajes. “Bueno, me estrené en un proyecto de montaje en Alemania del Este, así que no fue una gran aventura”, se ríe esta mujer de 41 años. Pero pocos meses después se marchó a China, Estados Unidos, República Dominicana, Indonesia, Rusia y a casi todos los países europeos. Estuvo trabajando en grandes metrópolis y en la “pampa”, literalmente; en los años siguientes, no hubo prácticamente ningún lugar donde no estuviera.
No dejarse amedrentar
“A pie de campo no tardé en convertirme en solucionadora de problemas”, cuenta. Su actividad central fue afrontar panoramas difíciles, complicadas remodelaciones y problemas microbiológicos. Pasaba entre 250 y 300 días al año viajando para Krones. El hecho de que fuera la única mujer en acción la mayor parte del tiempo nunca le molestó. “Es un ámbito muy masculino. Pero nunca me dejé amedrentar, hacía mi trabajo, me ganaba a la gente con lo que hacía y nunca hubo problemas”, dice Birgit Hahn.