La variopinta rutina diaria de un técnico de servicio

Kilian comenzó con un aprendizaje como mecánico industrial en una empresa en Ratisbona, donde ya trabajaban su padre, su tío y su hermano. Además de trabajar, al poco tiempo comenzó con una formación profesional continua como técnico de ingeniería mecánica y, así, nació en él el deseo de progresar profesionalmente. Cuando vio el anuncio de trabajo en Facebook que decía “Se busca un espíritu ingenioso con pasaporte” pensó que era el momento oportuno y le abrió el camino a Kilian para su carrera como técnico de servicio en Krones. Siendo oriundo de Neutraubling, conocía muy bien el grupo Krones. “Aunque ahora no trabajo directamente en Neutraubling, sino viajando por todo el mundo, sigue siendo una buena sensación cuando la sede principal de tu empresa está en tu ciudad natal”, comenta el técnico de 34 años.

Con el tiempo, Kilian se ha especializado en la tecnología de llenado, en particular para líneas asépticas. Sus tareas son principalmente la puesta en servicio después de la instalación in situ de las máquinas nuevas en las instalaciones del cliente y, más raramente, también las revisiones.

En términos concretos, esto significa que generalmente llega a la obra cuando la línea ya ha sido instalada. Después de que los colegas del departamento eléctrico hayan encendido la máquina por primera vez y hayan comprobado si hay fallos eléctricos, el siguiente paso es comprobar durante la puesta en servicio si también se encuentra correctamente instalada, conectada neumáticamente y que mecánicamente todo esté en orden.

Si todo está en orden, comienza la producción y se producen y llenan los primeros envases. Aquí no solo es importante dar cumplimiento incondicionalmente a las altas exigencias de calidad del producto, sino también lograr el nivel de rendimiento exigido de la máquina. Esto significa que hay que evitar al máximo eventuales paradas de la línea.

Por último, se realiza una prueba de recepción junto con el cliente, cuyo contenido varía según la máquina y es definida de antemano por contrato. Si la línea cumple los parámetros de calidad y rendimiento acordados previamente, se considera superada la evaluación, y el cliente lo confirma con su firma. En el mejor de los casos, la línea es recibida directamente y se entrega al personal operador del cliente. Para Kilian llega entonces el momento de despedirse y preparar el viaje de regreso, ya sea a casa a Neutraubling o directamente a la siguiente misión.

Hasta ahora hemos hablado sobre el trabajo diario interesante y variado, pero ¿cómo es el equilibrio entre la vida laboral y privada y qué estrés tiene una vida con tantos viajes? Kilian responde preguntas como éstas de mi colega Sabrina Fiedler en la siguiente entrevista. 

Kilian, la vida de un técnico de servicio es lo contrario de un trabajo normal de oficina en un escritorio. ¿Cómo es tu vida cotidiana en términos de lugar de trabajo y duración de la misión, si es que se puede hablar de una “vida cotidiana”?

Dentro de Europa las estadías suelen durar generalmente tres semanas, al cabo de las cuales tenemos un fin de semana libre. Fuera de Europa, el ritmo suele ser de seis semanas de trabajo y diez días en casa. Esto significa, sí, tengo una vida cotidiana, pero al mismo tiempo no tengo una vida cotidiana siempre igual, porque no sé cuándo y dónde será mi próximo viaje.

Paso la mayor parte del tiempo ahora en obras con clientes en Europa, pero en principio puedo ser enviado a cualquier lugar. Las obras se asignan y reparten según la especialización y la experiencia. Por lo tanto, dependiendo de donde se necesite mi experiencia en procesos asépticos, ahí me envían como técnico de servicio. También he tenido que viajar a algunos destinos lejanos como Israel o los Estados Unidos. Actualmente, viajo mucho a Holanda, por ejemplo.

¿Esto significa que llegas a la obra y te encuentras ahí con los demás colegas de Krones?

Sí, en realidad no viajamos juntos como equipo fijo. En cambio, en cada misión nos encontramos con colegas que no conocíamos hasta ahora. Pero durante nuestra permanencia en la obra, nos convertimos en un equipo de trabajo unido y compacto. Esto se debe a que la puesta en marcha tarda cierto tiempo, por lo que fácilmente puedes estar en la sede del cliente de unas semanas a un año con el mismo grupo de personas.

¿Y cómo te parece el hecho de conocer constantemente a gente nueva?

Siempre hay colegas con los que uno se entiende muy bien. En este caso, el trabajo resulta doblemente agradable y se es mucho más eficiente; y lo sentimos mucho cuando finaliza el proyecto y nos despedimos, sin saber cuándo volveremos a trabajar juntos. Pero, por otro lado, un colega me dijo una vez: “No tienes que mirar siempre la misma cara en la oficina durante 20 años”. Definitivamente en el servicio técnico el trabajo es muy variado y conoces todo el tiempo a nuevas personas y personalidades. Esto puede ser muy enriquecedor.