Según las previsiones actuales, esta planta húngara de Krones podría reducir sus emisiones de CO2 dentro de los ámbitos del Alcance 1 y del Alcance 2 (emisiones en el propio centro) hasta dejarlas en emisiones nulas incluso antes del 2030, año objetivo previsto inicialmente. Al margen de que en el futuro la electricidad verde será generada y utilizada de forma sostenible con ayuda de un sistema fotovoltaico propio, este avance se debe sobre todo también a la producción de energía geotérmica, energía de la que Hungría dispone gracias a la favorabilidad de sus condiciones naturales. Pero también el hecho de aprovechar el considerable calor que se disipa de los compresores para generar aire comprimido, cosa que hasta la fecha se había estado desperdiciando, contribuye de manera significativa al aumento de la eficiencia energética general.
¡Por fin se ha puesto la primera piedra!
Actualmente, la planta de Debrecen opera dos calderas de gas, con una capacidad de un megavatio cada una, abasteciendo así las calefacciones de toda la planta de producción. Para seguir cubriendo la demanda de calor y de frío, se instalará un sistema de sondas geotérmicas para la captación de calor terrestre. La fuente de energía utilizada en este caso son tres bombas de calor por las que circula una mezcla líquida especial. El funcionamiento de la bomba de calor provoca un aumento de la demanda de electricidad, que actualmente se cubre con electricidad cien por cien verde. Así pues, será posible prescindir de las calderas de gas en el futuro ya que toda la planta podrá abastecerse con energías renovables.