Hasta la fecha en la ubicación de Sidney en Ohio había estado operando una línea compuesta de máquinas de muchos fabricantes diferentes y que, por lo tanto, era cualquier cosa menos una solución llave en mano. Aunque solo llevaba funcionando unos pocos años, Cargill se dio cuenta rápidamente de que esa línea no era suficiente para alcanzar los objetivos de producción.
Lo que el grupo necesitaba realmente era una línea llave en mano de alta eficiencia que incluyera toda la maquinaria de primera mano, desde el estirado y soplado hasta el embalaje. Algunos de los empleados en producción ya conocían Krones y la calidad y eficiencia de sus equipos, por lo que el proveedor de sistemas integrales de Neutraubling no tardó en convertirse en uno de los favoritos. Finalmente, Cargill se encontró ante la decisión de optar entre este u otro competidor, pero se decidió por Krones sobre todo por su gran oferta de asistencia local, como explica Luke Schwieterman, superintendente de operaciones en Cargill: «Krones está muy presente en Estados Unidos. No he visto ninguna otra compañía internacional con la misma cobertura local en materia de asistencia técnica».
Para Krones esta decisión supuso pues estar en condiciones de cumplir con los altos estándares de Cargill en materia de tramitación de proyectos y seguridad. «Nuestro objetivo ha sido siempre cumplir a tiempo con todos los proyectos, al precio justo y con el rendimiento acordado», afirma Alex Miller. «No obstante, a menudo es muy difícil satisfacer estas tres condiciones, pero, con este proyecto, lo hemos conseguido. Nuestra previsión de 14 meses hasta producir las primeras botellas no se cumplió por tan solo un día. Por eso diría que estábamos perfectamente dentro de los plazos».