Características del llenado
RISE produce en lotes de 25.000 litros. «Una buena Kombucha no debe ser pasteurizada. Debe permanecer viva para el consumidor», explica el director general Axel Kalbarczyk. «Somos uno de los pocos fabricantes que lo consiguen aplicando un método especial que garantiza que el contenido de alcohol permanezca por debajo del 0,5 de porcentaje en volumen. Nos mantenemos por debajo de ese nivel porque el marco jurídico varía entre los diferentes estados de Canadá. No obstante, nuestra Kombucha debe ser distribuida en la cadena de frío porque la fermentación solo se detiene por debajo de cuatro grados centígrados». Con su fórmula, RISE también ha logrado que el sabor de la Kombucha no sea, como es habitual, muy avinagrado, sino más bien neutro, para así replicar el paladar de un público más amplio.
Según el Bottling and Sanitation Director, Jocelyn Malo, el comportamiento de la bebida Kombucha es similar al de la cerveza durante el envasado. «Solo el pH es ligeramente inferior, entre 3,0 y 3,5, y el contenido de azúcares residuales es ligeramente superior. El producto también hace espuma durante el llenado, por lo que la presión y el contenido de CO₂ deben ser constantemente monitorizados. Llenamos en frío a unos dos grados centígrados», explica. «Además, los temas de limpieza y saneamiento son fundamentales porque se trata de un producto vivo y la recontaminación sería peligrosa».